domingo, 13 de diciembre de 2015

UMBRAS DELIRANTES

Origen 

LUNA ROJA
www.mundotkm.com 

El cielo desató su manto para verse por primera vez claro; entonces, descendí a la manada en que por primera vez nos juntaríamos desde la última luna roja. Me había descubierto joven, miré a mi compañera y pensé en el doble juego, en el juego doble de nuestros sexos. Sin embargo ─ella y yo, por su puesto─ nos jugaríamos a todo, embistiendo al son de los tambores y negando al celeste cielo, empujando la rueda desdentada hacia el sulfuroso abismo.
Pensaba en el llanto de la vieja estéril y en el Cristo pegado al seno. Sentí rabia (tal vez aversión). Fui contra él. Mi puño contra él. Vencí. ¡Blasfemé tu nombre! Quería el poder de reinos y estados.
De pronto vi la sarna de Job multiplicando pústulas. Apilándose los huesos encenizados al borde de la chimenea, escupiendo mí nombre hacia el firmamento que entonces tocaban mis manos. (La negra sombra solo veía la mordaz figura de un viejo gato lamiéndose, gelatinoso). La tomé encolerizado y volvimos al juego ─ella cedió, como siempre─. Entonces, miré atrás (sobre mi hombro) vi la casa, el palacio de cristal a distancia, mi choza, el palafito infernal. Lloré, lloré un llanto viscoso (dejé de embestir).
¡Soy acaso el vil verdugo de la muerte… Señor!, ¡me has enviado solo contra la muerte! Grité, mientras el cielo vomitaba su perdón de fuego.

Al instante me brotaron nuevas y grandes plumas tornasol mientras danzaba sobre el cuerpo estático de la víctima. Ella yacía sangrante. Los ángeles temblorosos lloraban al hermano que se va… y nació un nuevo día para el hombre.

viernes, 6 de noviembre de 2015

DE LA VIDA (Umbras Delirantes)


Poblar los campos

Orquídea-Perú

Cuando todo se haya acabado
hasta el último hueso de la Tierra,
entonces estaremos listos para amarnos,
listos para deshabitarnos de los males del planeta,
para fecundar los días sin tropiezos.
Y los campos poblaremos por la voluntad de los cuerpos,
seremos seres descabezados: ni venus ni la lechuza ni el dios híbrido
merecerán el altar de la frente y la mejilla.
¡Ningún dios para gobernarnos!
¡Libres al fin! danzaremos al filo de la Tierra.
La virtud vestirá los campos con sus pollerones verdes
de sépalos y filamentos,
incitando otra vez a la vida.

lunes, 2 de noviembre de 2015

UMBRAS DELIRANTES


Esperanza de un Ciprés

"Caminando con ciprés bajo cielo estrellado"
Vincent Van Gogh

Soy el francotirador noctámbulo
siempre
tras el humo rojo del parque o la avenida,
voy hilando el poema;
sobre el trasero gordo de la luna, 
sobre la delicada piel de la muchacha flaca
bajo el signo de la vieja matrona
y la hojita verde
que en el sexo frígido se agiganta.

Tísico y gárrulo la escolto,
cansado, mirando la ufana cola.
Pronto brotará lechoso
el bello orgasmo en la mañana.

Al fin el mástil triunfante del sueño
expulsará su vómito en negras olas,
¡entonces será la vida!
tras el pernicioso llanto nocturno. 

Poemario: Umbras itinerantes

domingo, 13 de septiembre de 2015

EL QUINTO LOCO y otros relatos casi olvidados


Breve itinerario


 A José López Coronado
Chiclayo, domingo 13 de Setiembre de 2015.

Estimado escritor:

EL QUINTO LOCO y otros relatos casi olvidados.
Voy a referirle mi impresión sobre vuestro trabajo que muy gustoso he recibido de Ud. Pero debo comunicarle también que he visto a ese amigo suyo el vivo, a quien muy bien conoce y yo encontré de casualidad o es que él ya lo sabía (por el oficio que ambos conocemos), en mi regreso a nuestra ciudad. Se lo comentaré de la siguiente manera:

Es media noche y el aleteo de la sombra que siempre temo me ha seguido. A penas cierro los ojos, está riéndose en la ventana con una mueca que se multiplica con las otras sombras que se muestran a orilla de la oscura pista.
Tres de la madrugada, el sueño se ha quedado en el primer recodo del embarazoso bullicio de la ciudad en la que pernocto a diario. He decidido mantenerme despierto y ver la muerte a la cara en este nuevo descubrir de ideas, a la caza de una buena historia para humedecer esta noria que poseo en desierto. La sombra se detiene a mirarme desde los picos altos estorbada por la bruma de la madrugada. Observa pasar a gran velocidad el brioso corcel de hojalata allá abajo por la orilla del río y no se inmuta, seguramente será uno más de los que siempre vuelven.
Cinco de la madrugada, permanezco de pie con el torrente congelado en una aldea que empieza a despertarse. Camino o finjo caminar de un lado al otro en la pérgola de la plaza a usanza española. Los deportistas empiezan con su rodeo y sus saltos de calentamiento en derredor del perímetro. He olvidado el propósito del viaje. De pronto está en mí la imagen del hombre que he venido a conocerlo. Su rostro se disipa y estoy parado a mitad de la nada. No están los amigos que crecieron en la infancia, los juegos de la casa ausente. El griterío infinito de los recreos. Las coloridas gentes en un carnaval cualquiera. La mano amiga que se extiende sin dobleces se oculta por algún designio. Y me congelo hasta el último hueso de la osamenta.
Allí entre el frío de la ciudad aparece por fin con su imagen minimizada. Carga su escobilla de Zapatos y todos sus enseres, me mira, me reconoce al instante. Hay camaradería en su trato. Una y otra vez me advierte que pise bien en el tablero. Tengo los pies congelados como para hacer presión. Con un ligero golpeteo de cajón me ordena intercambiar los pies. Él es un hombre andrajoso que disimula desdicha, lo sé, yo soy un hombre que aparenta tranquilidad sobre un océano de incertidumbre. Y él lo sabe también.
Dan las seis y le pedido me acompañe a tomarnos un café y nos alejamos de la pérgola y de la iglesia que empieza a abrir sus murallas. Él sabe que no soy un hombre de fe, se aleja mirando y persignándose con dirección de la Cruz del campanario, aunque esto lo hace para confundirme, él es un gnóstico-naturalista.
Nos llaman la atención al tratar de ingresar con nuestras falsas identidades. Entonces se llena de reverencias ante el moderno establecimiento y me conduce al mercado popular, allí ha vuelto a conversar tan jocosamente que se olvida del joven cejijunto de traje que nos observó despectivamente a la entrada del establecimiento.
Sí, digo al fin. Es él, me ha encontrado y me embarga la alegría. Dan ganas de abrazar al primero hombre que nos saluda, que nos reconoce y se reconoce así mismo en nosotros. De improviso hay una feria en mi interior y le sigo como el niño que se fue y al parecer nunca salió de esta meseta, lleno de candidez. Llega a mí el rumor de las aguas del río, abajo en la ensenada, y los otros ríos con sus aguas claras y frescas que bañarían tempano las almas  de la parte baja del poblado, que él diría que hay buena fortuna en todo esto. Él, el vivo, es decir el hombre que me conduce por los vericuetos de la ciudad con su cajita de lustrabotas para engañar al destino, me ha hecho ver que siempre estuve congelado allí en esa esquina de la catedral esperando su regreso. 
Tomados los cafés nos despedimos. Más tarde vuelto en mí, encuentro al mismo hombrecito deambulando entre la plaza frente a la catedral, es allí donde decido entrevistarme con su autor José López Coronado (Chota 1961). Y contarle de nuestro secreto encuentro con el vivo, a espaldas suyas, personaje que ahora deambula, En mangas de camisa por las frías calzadas de la ciudad, desde muy temprano se filtra en cualquier hombre y está allí atento a los que volvemos en busca de algo, como recién salido del libro de relatos El Quinto Loco y otros relatos casi olvidados-2015. Aunque el estuviera quizás desde la fundación misma de la ciudad y mucho más antes.
Y En mangas de camisa, el relato pórtico en el que se da vida a un personaje inusual, Guillermo Huanambal presentado como el vivo, personaje mimetizado con el narrador, en el que se cuenta episodios del oficio de este hombre que se gana la vida en la cábala, es decir adivinado la suerte y el sino de las gentes que de pronto es el suyo propio, para lo cual tiene que aceptar el maltrato y aun el insulto. Donde la desdicha ha hecho de este hombre un ser impermeable ante la inclemencia de la naturaleza, él ha aprendido a soportar los designios que de ella se emiten y sin embargo sale bien librado, tanto que ni siquiera el clima hace mella en su figura que anda literalmente “en mangas de camisa”. Entre sus cualidades puede rescatarse la perseverancia ante la fatalidad que le ha tocado vivir y dentro de lo que se podría expresar como forma de mitigarlo, es su afán de súper-hombre, que ha renunciado a las comodidades, a los amigos y a las migajas de solidaridad de sus conciudadanos, donde demanda una equidad y un trato justo. Aunque él un hombre ya entrado en años, sea vejado por considerarlo injustamente un bribón.

El vivo,  el hombre avanzado en edad, presenta su historia (que podría recaer y multiplicarse en los seres marginados en todas las ciudades donde se acelera la brecha de la modernidad), en un juego de planos en el que se denuncia el maltrato de estos seres con una cuota reflexiva y pícara.

La historia del relato se desenvuelve en la ciudad de Chota, dado que se mencionan lugares como el Colegio San Juan, lugar donde el autor ha hecho de su profesión una pasión. Y la misma ciudad es mencionada por su autor al final del relato.

Al autor, mi gratitud, por compartir su trabajo y su tiempo a pesar de las prisas de la vida. Y la creación de personajes que pueblan y tejen sus propias historias entre los “vivos”.

No encontré otra mejor manera de expresar mi gratitud y consideración. Y con el Infortunio de Mallarmé me despido:
Por sobre el asombrado hato de los humanos
Agitaban con brillos las salvajes melenas
Los mendigos de azur a pie por nuestras sendas.


Vuestro amigo.

Marcos M. Coronado

lunes, 7 de septiembre de 2015

LA INCERTIDUMBRE DEL INOCENTE

IE Nº 0413-TOCACHE

Ser maestro de escuela pública en la actualidad es un gran reto. Aunque por todos lados se escuchan el avances de la ciencia, la técnica y el conocimiento, en nuestras escuelas (en su mayoría) hay una lentitud y parsimonia al cambio. Los cambios son largos proceso cualitativos que se evidencian en las nuevas etapas negando a las anteriores en un devenir perpetuo. Sin embargo esto no ocurre en la educación nacional. Aún tenemos atisbos de lentitud a los nuevos procesos de cambio. Será que tenemos que esperar que las ideas de interioricen por completo y den fruto.
Estos cambios no siempre resultan mejores, hay que considerar que no todo proceso desencadena algo positivo en su producto final. Para estar seguros que el proceso está siendo bien condicionado hay que verificar constantemente los avances si se quiere conducir un buen proceso. Hace falta entonces que nuestras autoridades se hagan cargo no solo de una fracción (que resulta significativa como experiencia), sino del todo. En este sentido la última escuelita del ande que pervive con lo básico y esencial, hasta los COAR asentados en las capitales de provincias. Desde los PRONOEI, hasta las aldeas infantiles. Todos deben merecer el mismo trato.
La preocupación tiene que ser integral y que no baste con buenas intenciones y mejoras del currículo, y que estos últimos no sean políticas de gobierno y saludo a la bandera o mejor dicho un parche caliente para el sistema que colapsa.
Constantemente nos estamos comparando con las economías de los otros países, que es necesario, pero más necesario aun es la inversión de la economía nacional en mejorar la calidad educativa, de atender las necesidades de nuestras escuelas como ya dijimos sin miramientos ni segregacionismos.
Se nos habla de un cambio de perspectiva en la evaluación sin embargo, se nos evalúa con pruebas estandarizadas, pero esto no es lo peor sino que aun no se ha comprendido la finalidad de este proceso. Debería entonces obligarse a nuestros especialistas aplicar lo que se predica y ser los primeros en someterse a una evaluación para la calidad de nuestros aprendizajes.
Creo que en el Perú los cambios pueden y deben tener lugar, pero debe ser pensando desde nuestra realidad como sí se viene haciendo. Ahora toco seguir implementando las políticas que sean sostenibles en el tiempo y viables. Que se desarrollen procesos de largo alcance y que no solo sea por turnos de gobierno. Que no caiga en la incertidumbre de los inocentes que merecen una educación para la vida. Una educación que permita cumplir un ciclo y evaluar resultados. Que no se interrumpa la semilla cuando empieza a caer en suelo fértil.


miércoles, 5 de agosto de 2015

Necesitamos educar en certezas.

Estudiantes de la IE. 10200 El Porvenir- Olmos planificando
actividades del área.
La modernidad ha traído consigo, a parte del avance material en todos los órdenes de la sociedad, un desolador panorama de pesimismo e incertidumbre. El hombre actual no encuentra otra forma de sobreponerse al estrés que padece indefenso ante tamaña catástrofe que va creándose como aureola en derredor suyo. Hacen de él una forma fantasmagórica, difícilmente irreconciliable consigo mismo. Difícilmente se podrá sobreponer a la asepsia de un pensamiento claro.

Siempre ha buscado liberarse del castigo de los dioses históricos (allá en la caverna) para disminuirse ante nuevos dioses tecnológicos y tecnocráticos, que hacen de él un ser acrítico y amoral. La libertad de pensamiento ganado ex-profeso y no con poco esfuerzo ante sí mismo tras revueltas y revoluciones sangrientas ha desaparecido; luego se ha liberado, han vuelto contra sí para doblegarlo inmisericorde (el tamaño del sueño que en alguna época le sirvió como consuelo, hoy se disuelve en el éter de una razón acrítica). El sueño libertario independientemente de banderas ha sido solo eso: un sueño.

A menudo las mentes jóvenes e impetuosas cogen la historia por el lado más próximo porque es el que medianamente conoce y entonces buscan liberarse del gabán olvidado por algún soñador expropiado de su viejo credo y se enrumban en dirección opuesta al credo no así a la vieja chaqueta. Pero esto también es caer en incertidumbre, porque el conocimiento superficial de las procesos hacen de este nuevo ser un hombre limitado con poca visión de lo que puede significar el independizarse para siempre de sí mismo, de su moral de gusano, de sus antojos por campear en terrenos de todos, del bien de todos.


Para salir de la incertidumbre de este siglo hace falta volverse el verdugo de nuestro propio credo de las pasiones y antojos que cargamos de siglos. Para un hombre nuevo necesitamos a todas fuerzas una moral nueva, creada lejos de las divinidades celestes inquisidoras como de las que se reproducen a imagen del ciberespacio. Es momento de volver a mirarse corpóreos, biológicos y descubrir el nuevo ser que puebla esta aldea presente. 

La incertidumbre está en todos los campos en todos los frentes, liberarse sólo depende del tipo de educación que estamos dispuestos a enseñar en nuestras aulas. Hace falta pues una forma de educar que no reproduzca las limitaciones ni los exceso, sino el justo medio que recoja todas las inquietudes de nuestros niños, niñas y adolescente. Un nuevo siglo, requiere de nuevas formas de ver la realidad, lejos de la zozobra y la dependencia a los artefactos, lejos de la sumisión de las ideologías, sino pendiente de su presente de los medios que pueden retarlo para seguir aprendiendo.

domingo, 2 de agosto de 2015

Entonces, para qué aprender historia en el Perú.

Aprender y enseñar es un proceso dialéctico en el que los sujetos aprenden y enseñan al mismo tiempo. Este al menos es la forma en que se evidencia este proceso a la hora de aprender un conocimiento en particular. Cierta ocasión un estudiante de escuela media me interrogó: ¿Profe, para qué estudiar historia..? Al instante creí en lo significativo que resultaba la pregunta y la complejidad que al mismo tiempo resultaba. Era inicio de año escolar y este incidente resultó valioso para presentar el área. Es importante aprender historia por las siguientes razones, le dije:

1. Para apreciarnos mejor a nosotros mismos.

Todas las grandes naciones, como las antiguas y modernas de Europa, al mirarse a sí mismos se encuentran civilizadas, grandes, únicas y miran a los pueblos extranjeros como menos importantes, bárbaros o salvajes. Los incas usaron este mismo mecanismo para fortalecerse como nación. Sin embargo, luego de la conquista española, por múltiples razones surgió un complejo colectivo inverso en nuestra sociedad: mirar con admiración al extranjero que consideramos civilizado, y auto flagelarnos al considerar que nuestras raíces indígenas son más bien bárbaras indias y casi prescindibles. Ninguna sociedad se ha convertido en nación apoyada en un mecanismo de esta naturaleza. Creo que la historia, contada de manera objetiva en el Perú, puede ayudar a liquidar este complejo a través de un conocimiento más objetivo del significado de las sociedades andinas, su proceso histórico, sus tecnologías, su cultura, sus logros y resultados. Tenemos que aprender a mirar a nuestros ancestros prehistóricos como los europeos miran a los griegos y romanos, no les podemos pedir el hierro, la rueda, las matemáticas, la filosofía y la escritura sino los sistemas que construyeron y las tecnologías que descubrieron para establecer un adecuado control y manejo de sus ecologías.

2. Para conocer mejor el presente.

Los pueblos antiguos, como el griego y el romano, se consideraron únicos, hicieron una historia inmediata de sí mismo y caducaron muy pronto. Nuestros incas, no interesados en la historia como desenvolvimiento irreversible sino como repetición, terminaron atrapados en el mito y en la mentalidad mítica, tal como la entendemos hoy día, no permite pensar nuestro destino común como proceso irreversible, inteligible, caprichoso, impredecible, pero con una direccional que es necesario descubrir y conocer…

3. Por una razón de objetividad.

Nunca hemos tenido una memoria tan rica, tan extensa y tan polémica. Estos avances, aplicado nuevos métodos y técnicas, nos han permitido tener un conocimiento más objetivo de la historia humana y, a la vez desembarazarnos de míos, fabulas y prejuicios… 

En el Perú, en los últimos 30 años, nuestra historiografía ha ganado mucho en objetividad.

Los estudios etnohistóricos, por ejemplo, de peruanos y extranjeros, nos han permitido acercarnos a una nueva historia de las sociedades prehispánicas y entenderlas a partir de los conceptos modelos, a veces propios, y otras utilizados para entender diversas y grandes civilizaciones en el mundo.

4. La historia como crítica y superación: una memoria nacional.

Jorge Basadre, en su monumental Historia de la república del Perú, concluida en los años ´40 y desarrollada hasta los años ´70, realizó el último gran esfuerzo por construir una historia nacional. Su idea central era el sistema republicano, bueno para todos, liquidaba las historias particulares y creaba una gran arquitectura administrativa donde se podrían incluir todos los proyectos menores o aislados. Esa arquitectura administrativa, en realidad la república, era la metáfora que utilizaba para hablarnos del proyecto nacional peruano.

Sin embargo, en los mismos años ´60, se levantan multitud de voces para increparle por sus olvidos, omisiones y sus descuidos; lo acusaron de eludir la historia agraria, la historia de las regiones, del campesinado, de la economía, para concentrarse en la historia de las élites y acontecimientos, políticos y militare. Los que Basadre consideraba habían conducido y estructurado la nación peruana. ¿Pero de que otra manera habría de construir una historia nacional, sino con inclusiones y exclusiones, recuerdos y olvidos, batallas y héroes, victorias y derrotas, miserias y grandezas?


La historia peruana es compleja y sin embargo ofrece múltiples tópicos por investigar, las escuelas y centros de formación deben aprender los procesos estructurados que la inquietud científica brinda. Así valoraremos mejor el saber ancestral y milenario de culturas y civilizaciones que nos antecedieron, rescatando lo más esencial de cada época y periodo que conduzca a la integración de una nación respetuosa de las múltiples naciones que dan sustento a la unidad de ser peruano. (Al terminar de exponer las razones, todos o casi todo empezaron a mirarme con desprecio). Entonces esbocé, algo más práctico y creo que fue una respuesta acertada.